El siglo XXI ha sido testigo de un increíble crecimiento, maduración e institucionalización de un amplio movimiento social, político y económico, que a pesar de todos los diferentes nombres que se le asocian, es conocido frecuentemente como Deporte para el Desarrollo y la Paz (SDP). . El movimiento SDP tiene una dimensión verdaderamente global. Además, los actores, como cualquiera puede comprobar navegando en la plataforma suiza sportanddev.org, están repartidos por todo el mundo.
A partir de octubre de 2020, hay un poco más de 1020 organizaciones SDP registradas en sportanddev.org, un aumento fenomenal que no se ha detenido durante las dos primeras décadas del siglo. No obstante, existe un patrón claro en el que el SDP parece centrarse en individuos y grupos “sufridos”, “desfavorecidos” y “marginados”; por lo tanto, no es raro encontrar que, independientemente del origen geográfico y/o la ubicación del patrocinador(es) y los grupos objetivo, estos últimos suelen caer en una o más de las siguientes categorías: personas que viven en la pobreza, adolescentes que usan drogas, refugiados, inmigrantes ilegales, niñas y mujeres desfavorecidas, excombatientes, personas discapacitadas, etc. En resumen, uno tiene la impresión de que el SDP se dirige única o principalmente a personas o grupos en apuros. Si este es el caso, uno puede preguntarse, ¿cuáles son las posibilidades de que los proyectos/iniciativas SDP puedan llegar a los grupos desfavorecidos no tradicionales? ¿Es posible que las personas "comunes", "normales" accedan a los beneficios que SDP puede brindar? Después de todo, los beneficios pueden trascender la clase social, el género, la etnia, el nivel educativo, la raza y/o las habilidades.
En la Universidad de Guanajuato, en el centro de México, sí creemos que los estudiantes universitarios han sido en gran medida olvidados por el movimiento SDP. Cada vez es más evidente que nuestros estudiantes, como sucede con los más de 4 millones de estudiantes universitarios en todo México, enfrentan sus propias penurias particulares, no siempre ni exclusivamente relacionadas con desventajas económicas. De hecho, si bien los estudiantes universitarios pueden considerarse relativamente acomodados, no es ningún secreto que actualmente enfrentan al menos tres problemas apremiantes: 1) altas tasas de deserción, lo que reduce la finalización de su educación superior; 2) el aumento del estrés y/o la sensación de alienación, que a menudo conduce al suicidio, y 3) la violencia de género, que perpetúa las desigualdades y los problemas de empoderamiento, especialmente para las mujeres.
La iniciativa que dio lugar a la creación de Tiro en Braille es una iniciativa universitaria 100% mexicana, inspirada en el movimiento global SDP, sin perder de vista que los problemas y penurias que enfrentan los universitarios tienen un componente territorial específico. Tiro en Braille (Braille Shot) es una actividad deportiva diseñada a propósito que pretende ser jugada en un formato de todos los géneros y todas las habilidades. Además, en un país de profundas y difundidas raíces amerindias, Tiro en Braille recupera y homenajea el deporte precolombino, aunque lo hace pensando en marcos de referencia mundial.
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